En aquel amor inmenso que de los dos procedía, palabras de gran regalo el Padre al Hijo decía, de tan profundo deleite que nadie las entendía; solo el Hijo lo gozaba, que es a quien pertenecía; pero aquello que se entiende, de esta manera decía: - Nada me contenta, Hijo, fuera de tu compañía, y si algo me contenta, en ti mismo lo quería. El que a ti más se parece a mí más satisfacía, y el que en nada te semeja en mí nada hallaría. En ti solo me he agradado, ¡oh vida de vida mía! Eres lumbre de mi lumbre, eres mi sabiduría, figura de mi sustancia en quien bien me complacía. Al que a ti te amare, Hijo, a mí mismo le daría, y el amor que yo en ti tengo ese mismo en él pondría, en razón de haber amado a quien yo tanto quería. | In quell’amore immenso che dai due procedeva, di gran diletto frasi il Padre al Figlio dicea, di sì profonda gioia che nessuno comprendeva; solo il Figlio ne godeva, ché a Lui sol appartenean; ma di quelle che s’intende eran queste le parole: Non mi appaga nulla, Figlio, che tua sola compagnia; se qualcosa mi dà gioia, in te solo l’amo io. Chi di più ti assomiglia più soddisfa l’amor mio, e chi meno ti somiglia nulla in me trovar potrebbe. In te solo mi compiaccio, oh tu, vita di mia vita! Luce sei di mia luce, solo tu la mia sapienza, della mia sostanza immagine in cui assai mi compiacqui. A chi, Figlio, inver, ti amasse, io me stesso gli darei, e l’amor che in te ho posto quello stesso gli offrirei, ché amato avrà voluto chi io tanto amar potei. |